domingo, 6 de marzo de 2011

Inferno

Soy el culpable de haber desatado esta vorágine de sucesos lamentables. De haber roto mi promesa de por siempre cuidar de ti. De las mil mentiras que inventé para que no descubras mi bajeza. Soy culpable. Maldigo mi debilidad, mi falta de voluntad y el fatal destino al que te empujé.

No me ha sido fácil lidiar con la culpa, pero sé que para tí fue mucho más dificil batallar completamente sola contra aquellos caballeros negros que vinieron con tan macabra empresa. Debí haberte hecho caso cuando me contabas de aquellas terroríficas pesadillas, tan reales como el dolor mismo.

Maldigo aquellos hilos que tiraban de mí para obligarme a cometer los más sórdidos crímenes, las vendas que no me dejaron ver que era yo quien iba preparando tu féretro, aquel grimorio lleno de artes oscuras y a sus aviesos autores. Los aborrezco y me aborrezco a mí por no haber reaccionado antes de que la trémula y débil luz de tu vela se extinguiera y dejara mi vida en tinieblas.

Sí; soy culpable de haber bebido del cáliz de la traición y de alimentarme con la falsedad, de llenar mi corazón con un vacío profundo y de haber derramado tu copa hasta secar tu alma.

Escupo mis pecados, digo mis oraciones y espero que en el patíbulo el verdugo pueda ponerle fin a mis tormentos.




miércoles, 9 de febrero de 2011

Satura

Estuve por mucho tiempo cavilando entre vagos recuerdos; recuerdos de ti y de mí. Vi los huecos e imperfecciones de mi corazón; Imperfecto sin ti, incompleto sin ti. Estuve parado en la lluvia de la culpa; empadado en medio de la calle de la vergüenza. Caminé por eones hasta que llegué a un monasterio. Ahí medité sobre cada paso que di, cada decisión que tomé y no tomé. Veo mi reflejo en un cuenco con agua y me percato de que soy libre y dueño de mí mismo. Una sonrisa se dibuja en mi rostro. Quiero ir a tu encuentro y sentir una vez más tu calidez pero solo llego para presenciar el crepúsculo de tu alma.

Nunca tuve un sueño tan real. Nunca deseé tanto algo. Nunca anhelé tanto algo. Despierto pero no salgo del trance. Siento mi espíritu languidecer lentamente. ¿Dónde estás? - me pregunto vertiendo mi alma solo en esas palabras. Me levanto y observo detenidamente mi reflejo en el espejo. No hay libertad ni sonrisa alguna; sólo una hórrida condena.




sábado, 23 de octubre de 2010

Soledad

Recuerdo aquellas noches en la que no nos dejaban solos. A pesar de que en el día sucedía lo mismo, en las noches se volvía más violento. Con vendas en los ojos y agujas en el corazón, no podíamos soportar un segundo más. Estaban siempre con nosotros para atormentarnos. ¿Es este el precio a pagar por mis pecados?.

Cuando quize arreglar las cosas, afrontado la dura verdad, tuve la esperanza de que se irían. Pero no. Al vernos juntos idearon muchas artimañas para seguir torturándonos, demostrándonos que no solo el dolor físico hiere.

"Entréganos a la chica o de lo contrario tomaremos a todos sus amigos". No podía hacer eso. Y fue así que vimos a nuestros seres queridos cambiar con el tiempo. Uno a uno, sus almas se volvían negras como una noche sin estrellas. Ya no podíamos confiar en ellos, estaban contaminados y lo peor de todo era que a ellos les gustaba estar así. Sin moral y sin remordimientos por sus acciones, fueron traicionándonos en más de una ocasión obligándonos a alejarnos de ellos. Es cierto que una manzana podrida es capaz de podrir al resto y estando podrido por dentro se es más vulnerable.

Que triste es verlos caminar hacia el abismo. Que triste es no poder ayudarlos. Que amargo es este nuevo dolor... El de la soledad.


Miedo

¿Alguna vez sentiste miedo? En ocasiones, todos nos asustamos. ¿Los truenos y relámpagos hacen que tu corazón lata más rápido y te quite el sueño?

Todos sentimos temor de vez en cuando. Y esto pasa sin importar edad, fuerza, género o lo valiente que seas. En ocasiones, el miedo puede llegar a ser bueno y ayudarte a mantenerte a salvo. El miedo a cruzar un puente colgante puede salvarte de una doloroza muerte.

Me viene a la mente una de las numerosas ocasiones en las que experimenté miedo. Fue en la casa de mi amada, habíamos estado pasando por malos momentos y "creíamos" que éramos perseguidos por espíritus. Recuerdo haber visto una especie de animal entre los arbustos. Es una rata, pensé. Ella vio una sombra negra. Sea como sea me asustó y cuentan que me puse pálido. No quería regresar a mi casa solo así que ella me acompañó en taxi. Eran como las 3 de la madrugada y no sabía como explicar lo sucedido. Sí, tuve miedo. Pero ella se quedó conmigo hasta el amanecer.

Tuve miedo, incluso al día siguiente. Miraba por todas partes en busca de aquellos fantasmas. Tanto me esmeré en mi búsqueda que me pareció que había uno en el baño. Me psicosié tanto que me pareció escuchar una voz diciéndome "Te vi" en un tono delator.

Muchos le temen a lo que no entienden. Pues yo sabía de que trataba todo esto. Era mi culpa. Había armado un circo cruel en el que los fantasmas que invité, sin querer, a presenciar la función de un arlequín del cual todos se burlaban y en el que me estaba convirtiendo. Temía por mi vida y por la de ella.

La función debe terminar en algún momento. Pero, cuál será el desenlace? Habrá un final feliz?